Día Mundial de la Lucha contra el Sida: articulación entre el activismo del VIH y la despenalización del cannabis
Con motivo del Día Mundial de la Lucha contra el Sida, te compartimos un breve recorrido por el activismo en pro de la despenalización del uso del cannabis emprendido por personas que viven con el Virus de la inmunodeficiencia humana (VIH).
Desde 1988, el 1 de diciembre es reconocido como una fecha en la que se recuerda a quienes han dedicado su vida a apoyar a pacientes y familiares que se enfrentan a esta infección de transmisión sexual (ITS). A su vez, la Organización Mundial de la Salud (OMS) hizo de esta efeméride una oportunidad en la que se puede visibilizar la labor de las organizaciones no gubernamentales (ONGs) y colectivos.
La lucha contra el VIH es uno de los ejemplos más documentados sobre las posibilidades de organización e incidencia de la sociedad civil. A nivel regional, se cuentan con distintas iniciativas. Fundación Huésped, Fundación Decida, Organización de Apoyo a una Sexualidad Integral frente al sida (OASIS), Acción Solidaria, Fundación Amigos de la Vida, Manos Amigas por la Vida, Mujeres Positivas y Asociación de Ayuda al Sero Positivo (ASEPO) son algunas de ellas (1).
En el caso mexicano podemos rastrear la trayectoria de Acciones Voluntarias sobre Educación en México A.C., VIHve Libre, Centro de Atención Vive Aguascalientes (CAVA), Red Mexicana de Jóvenes y Adolescentes Positivos, Inspira A. C. y Fundación mexicana para la lucha contra el sida.
Perspectiva médica: nociones básicas
Al lado de los microorganismos que causan la viruela, el sarampión y el coronavirus, el VIH es considerado uno de los 15 virus que han cambiado la historia de la humanidad (2). Por tanto, ha sido uno de los protagonistas de la profesionalización de especialistas en distintos campos de la medicina.
Sin embargo, aún no se cuenta con una cura. Según expusieron expertos del Servicio de Enfermedades Infecciosas (Hospital Universitario. Barcelona Clínic) esto se debe a que el VIH puede permanecer en el organismo por cuatro mecanismos: reservorio celular latentemente infectado, replicación permanente, santuarios anatómicos y disfunción inmunológica (3).
Para no ahondar en términos y explicaciones muy complejas, nos limitaremos a demarcar al VIH como un virus que afecta de manera directa a las células del sistema inmunológico. Estas células reciben el nombre de diana (comúnmente conocidas como CD4). Una vez que el VIH se encuentra en la célula comienza a multiplicarse. Es así como logra transportarse al resto del cuerpo a través de la sangre.
Como resultado, el organismo se ve muy debilitado. Por ello, una persona que vive con VIH es mucho más susceptible de presentar complicaciones en infecciones y enfermedades que, en ausencia del VIH, podría afrontar sin riesgo alguno.
Una de las particularidades del VIH es que su sintomatología no siempre es inmediata. Tras las distintas investigaciones que se han realizado desde la década de los 80, se sabe que entre los signos del VIH se encuentran: aftas, infecciones fuertes por hongos, enfermedad pélvica inflamatoria crónica, cansancio extremo, mareos, repentina pérdida de peso, aparición anormal de moretones, inflamación de glándulas, episodios de tos seca, adormecimiento de pies y manos, y sudores nocturnos prolongados.
A razón de esto, es importante que, si se lleva una vida sexual activa o si se ha estado en alguna situación de riesgo (por ejemplo: relaciones sexuales sin preservativo, uso de drogas, transfusiones de sangre, exposición y contacto con fluidos de alguna persona que vive con el virus o padecimiento de alguna ITS como gonorrea, clamidia, sífilis, vaginosis bacteriana y herpes), se realicen los análisis correspondientes. A la fecha, existen tres tipos de pruebas de detección del VIH (5):
Pruebas de ácido nucleico (NAT), también conocidas como “pruebas de carga viral”
Prueba de antígenos y anticuerpos
Prueba de anticuerpos
Activismo: relación entre la lucha contra el VIH y la despenalización del uso del cannabis
La segunda mitad del siglo XX trajo consigo la articulación de distintos movimientos sociales. Para la década de los 80 —justo en la llamada “crisis del VIH”— fue evidente una acción conjunta entre activistas de las diversidades sexogenéricas y los colectivos que abogaban por el uso lúdico y medicinal de la planta.
Por el contexto, la comunidad LGBT+ centró su atención en el segundo motivo. Mientras el sector científico se mantenía en la ardua tarea de dar una explicación a un virus aparentemente nuevo, representantes de las disidencias sexuales comenzaron a darse cuenta de que el cannabis podría perfilarse como una alternativa para tratar el VIH.
Una de las figuras referentes en el activismo LGBT+ y cannábico fue el piloto de las Fuerzas Aéreas de los Estados Unidos, Dennis Peron. Los motivos de Peron para involucrarse en la despenalización del cannabis fueron muchos. En principio, cuando regresó de Vietnam (16), fue uno de los activistas que militó al lado de Harvey Milk, jugador de fútbol, cantante de ópera, estudiante de excelencia, fundador de la Asociación Castro Village y —primordialmente— uno de los primeros políticos que se declaró abiertamente gay.
Otra de las causas que llevaron a Dennis a las calles en pro del cannabis fue su propia historia. Bajo las políticas prohibicionistas fue encarcelado en más de una ocasión. Uno de los arrestos derivó de una redada a manos de la policía. Dennis vivía con Jonathan West, quien era su pareja sentimental y vivía con VIH.
Al recibir su diagnóstico, Jonathan comenzó su tratamiento con los fármacos de los que se tenía conocimiento en ese entonces. Para aminorar los malestares —entre ellos las náuseas y el dolor—, recurrió al cannabis. La noche de la irrupción policiaca se encontraron rastros de la planta y se dictó el arresto de Dennis, quien pasó seis meses en prisión.
Aunque la pareja sumó esfuerzos con colectivos que luchaban en contra del VIH, Jonathan falleció. En su nombre, Dennis fundó Californians for Compassionate Use. Una de las grandes contribuciones de esta asociación fue el impulso de la Propuesta 215, misma que, en 1996, solicitó al gobierno de San Francisco reconocer al cannabis como un tratamiento complementario para las y los pacientes de VIH (17). También se abogó por las personas que vivían con esclerosis múltiple, glaucoma y .
Por supuesto, la iniciativa en pro del cannabis medicinal como complemento al tratamiento del VIH no fue un legado único de Peron. Otros de los nombres que se pueden reconocer en esta lucha son Anna Boyce, John Entwistle, Valerie Corral, William Panzer, Dale Gieringer, Leo Paoli, Scott Tracy y Mary Jane Rathbun. Fue con Rathbun (popularmente conocida como Brownie Mary) con quien Dennis abrió la primera clínica de cannabis medicinal en San Francisco.
El activismo precursor de las y los integrantes de Californians for Compassionate Use causó impacto en otras generaciones. Entre las filas las y los seguidores de esta asociación se encontraron Andrea Tischler y Paul Scott. Andrea (también llamada Nurse Mary) era una activista lesbiana. Fue una de las figuras más importantes en la labor informativa sobre el VIH. A principios de los 90, se involucró en el ámbito legislativo.
Por su parte, Paul fundó LA Black Gay Parade. Esta fue una de las iniciativas en las que se denunció que las políticas prohibicionistas tenían un mayor impacto en los sectores racializados, LGBT+ y con VIH. Además de movilizar importantes debates, Paul Scott ayudó a que personas LGB+ afrodescendientes pudieran tener acceso a los medicamentos. La zona en donde centró sus actividades fue Oakland (18).
¿Qué se sabe sobre el uso de cannabis por parte de personas que viven con VIH?
A principios de marzo de 2019, ONUSIDA hizo público un texto en el que calificó de problemática la legalización de la planta (19). No obstante, para el año siguiente, el Grupo de trabajo de tratamiento del VIH (gtT-VIH) expresó que “las personas usuarias podrían tener una menor probabilidad de experimentar deterioro cognitivo” (20). Según se retomó de las observaciones de las expertas, el beneficio podría derivar de las propiedades antiinflamatorias de la planta.
En ese mismo año, el gtT-VIH reportó que el número de pacientes de VIH que consumían cannabis aumentó al menos tres veces. Las y los usuarios dijeron que les ayudaba a aliviar el dolor y las náuseas. También apuntaron que encontraban beneficios en otros aspectos de su vida. Por ejemplo: la mejora del estado de ánimo y la recuperación del apetito.
A pesar de que el VIH es el virus más estudiado de la historia, las investigaciones sobre cannabis aún son escasas. En la misma publicación de julio de 2020, el gtT-VIH compartió detalles de un estudio realizado por la Universidad de California en San Diego. Para contar con información fidedigna, las y los especialistas a cargo recopilaron datos correspondientes al periodo entre 1998 y 2016.
Se contó con la participación de 952 personas, 679 de ellas vivían con VIH: el 75 % estaba en tratamiento, el 47 % permanecía indetectable y 27 % reportaban la presencia del virus en el líquido cefalorraquídeo. Para la evaluación, las y los participantes respondieron entrevistas y atravesaron por pruebas neurocognitivas para tener datos sobre fluidez verbal, velocidad en el procesamiento, aprendizaje, memoria y habilidades motoras. De las 679 personas con VIH, 106 comentaron consumir cannabis. Tras hacer una comparativa, se llegó a la conclusión de que este sector del estudio tenía 47 % menos probabilidades de experimentar deterioro cognitivo.
Con la finalidad de brindar mayor evidencia científica sobre el cannabis y el VIH, el Observatorio Español de Cannabis Medicinal cuenta con un apartado especial en su sitio web (21). En un estudio de 2014, tres investigadores encontraron que los cannabinoides “tienen potencial para servir como agente terapéutico en la disminución de la neuroinflamación asociada al VIH” (22).
Por su parte, en 2015, estudiosos de la Universidad de Temple (Filadelfia, Estados Unidos) agregaron que, al unirse al receptor CB2, “los cannabinoides podían reducir la multiplicación del virus en ciertos glóbulos blancos” (23). Anexo a los hallazgos de dichas investigaciones, se cuenta con las opiniones de algunos/as profesionales de la salud.
En este grupo encontramos a David Alberto Montoya Tavera, quien es agente en la Universidad de la Sabana (Colombia). A mediados de 2020, el también pediatra tuvo una entrevista con la organización Red Somos. Durante la plática apuntó que “en un 95 % los pacientes de VIH mejoran con relación al apetito” (24). Conforme a lo comentado, el uso de la planta también ayuda a mejorar el estado de ánimo. Desde una postura menos entusiasta, el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos (NIH, por sus siglas en inglés) brinda las siguientes observaciones (25):
Al menos en Estados Unidos, no se han realizado encuestas exhaustivas para tener datos fidedignos entre la posible mejora de las y los pacientes con VIH que consumen cannabis.
La investigación sobre las propiedades anti-náuseas del cannabis se han centrado en la émesis inducida por quimioterapia en personas que sufren de cáncer.
Gran parte de las personas que están en fase sida recurren al cannabis para contrarrestar la pérdida de peso.
No se cuentan con estudios para evaluar el estado de salud de las personas que viven con VIH y fuman cannabis.
Es necesario llevar a cabo investigaciones en donde se plantee la interrogante de si el consumo de cannabis puede provocar dependencia en pacientes de VIH.
Glosario express de VIH
Es muy importante tener claro que VIH y sida no son sinónimos. Mientras VIH se refiere a la afección del sistema inmune, el término sida se usa para hablar sobre la etapa final del VIH. Para ahondar en esta explicación, VIHve Libre recuerda que “vivir con VIH no es lo mismo que estar en etapa de sida. El sida no te da; es la etapa tardía del VIH” (4).
En otras palabras, el sida se puede definir como “el conjunto de enfermedades y síntomas relacionados con el debilitamiento del sistema inmunológico”. Y ahora que se tiene en cuenta dicha puntualización, te compartimos algunos de los conceptos centrales en el abordaje del VIH:
Periodo ventana: intervalo en el que los anticuerpos contra el VIH tardan en ser detectados. En su sitio web, Fundación Huésped detalla que va de tres a cuatro semanas después de la transmisión (6).
Tratamiento antirretroviral (ARV): medicamentos utilizados para el tratamiento por infección de VIH. Consiste en una combinación de tres fármacos ARV, mismos que se clasifican en: inhibidores de la transcriptasa inversa análogos de nucleósidos (ITRAN); inhibidores de la transcriptasa inversa no nucleósidos (ITRANN); inhibidores de la proteasa reforzados (IP/r); inhibidores de la integrasa (INSTI); inhibidores de fusión (IF); antagonistas del correceptor CCR5 (7). De acuerdo con el Centro Nacional para la Prevención y Control del VIH/SIDA (Censida), la medicación es independiente del conteo de las células CD4 y de la presencia o no de los síntomas. Asimismo, se subraya que la finalidad del tratamiento antirretroviral es el mantenimiento de la supresión virológica (8).
Profilaxis preexposición (PrEP): herramienta de prevención complementaria que forma parte de las prácticas de sexo seguro. Se considera una opción valiosa para quienes han dado negativo en las pruebas de VIH, pero se encuentran en un riesgo sustancial. Médicamente se define como el uso sistemático de medicamentos antirretrovirales. Las pastillas están compuestas por emtricitabina (FTC) y Viread (tenofovir). Tal y como lo apunta la OMS, la píldora de PrEP se toma una vez al día (9).
Profilaxis posexposición (PEP): a diferencia de la PrEP, se toma únicamente cuando se estuvo en una situación de riesgo. El plazo máximo para administrarla es de 72 horas. Entre menos tiempo pase mejor. Si se toma seis horas después de la exposición, llega a tener una efectividad del 98 %. Si es en el periodo límite, el porcentaje baja a 80. La combinación de fármacos se debe mantener 28 días (10).
Parejas serodiscordantes: vínculos sexoafectivos en los que una de las partes vive con VIH (11).
Indetectabilidad: persona con carga viral <50 copias VIH/ml (12).
Intransmisibilidad: incapacidad de transmitir el VIH por carga viral.
Indetectable = intransmisible: las personas que viven con VIH siguen un tratamiento antirretrovírico y presentan una carga vírica indetectable. Esto significa que tienen un riesgo insignificante de transmitir el virus mediante el intercambio sexual (13).
Paciente B24: conforme a apuntes de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) se sabe que esta es una categoría para clasificar al sida con sus diferentes complicaciones. Tales como: tumores malignos, enfermedades infecciosas y parasitarias (14).
Serofobia: estigma y discriminación hacia las personas con VIH en diversos ámbitos de la vida cotidiana, en las relaciones afectivas y sexuales (15).
Referencias
1. Organización Panamericana de la Salud (1999) Catálogo de Organizaciones No Gubernamentales (ONGs) dedicadas al Sida en Argentina. Recuperado de <sitio web>, última consulta 25 de noviembre de 2021.
2. Rivas, R. (2020) Quince virus han cambiado la historia de la humanidad. Recuperado de <sitio web>, última consulta 27 de noviembre de 2021.
3. Rodríguez-Muñoz, J. y Moreno, S. (2018) Estrategias de curación de la infección por VIH. Recuperado de <sitio web>, última consulta 25 de noviembre de 2021.
4. Vihve Libre (2021) ¿Qué son el VIH y el sida? Recuperado de <sitio web>, última consulta 25 de noviembre de 2021.
5. Fundación Mexicana para la lucha contra el sida A.C. (2021) Pruebas de detección. Recuperado de <sitio web>, última consulta 25 de noviembre de 2021.
6. Fundación Huésped (2021) ¿Qué es el VIH y cómo se detecta? Recuperado de <sitio web>, última consulta 25 de noviembre de 2021.
7. Instituto Mexicano del Seguro Social (2017) Tratamiento antirretroviral del paciente adulto con infección por VIH. Recuperado de <sitio web>, última consulta 20 de noviembre de 2021.
8. Censida (2021) Guía de manejo antirretroviral de las personas con VIH. Recuperado de <sitio web>, última consulta 25 de noviembre de 2021.
9. Flores, A. (2021) 5 preguntas más frecuentes sobre PrEP. Recuperado de <sitio web>, última consulta 25 de noviembre de 2021.
10. Almazán, Y. (2019) Diferencias entre la PrEP y PEP que debes conocer. Recuperado de <sitio web>, última consulta 25 de noviembre de 2021.
11. Gaona, P. (2021) Parejas serodiscordantes cuentan su experiencia viviendo con VIH. Recuperado de <sitio web>, última consulta 25 de noviembre de 2021.
12. Red Mexicana de Jóvenes y Adolescentes Positivos (2021) Manual para Juventudes con VIH en Ciudad de México. Recuperado de <sitio web>, última consulta 27 de noviembre de 2021.
13. Onusida (2018) Indetectable = intransmible. La salud pública y la supresión de la carga vírica del VIH. Recuperado de <sitio web>, última consulta 20 de noviembre de 2021.
14. Organización Panamericana de la Salud (2019) Causa de fallecimiento: Sida. Recuperado de <sitio web>, última consulta 20 de noviembre de 2021.
15. Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad (2018) Glosario de términos sobre diversidad afectivo sexual. Recuperado de <sitio web>, última consulta 25 de noviembre de 2021.
16. Roberts, C. (2020) The Man Who Didn’t Legalize Marijuana: Dennis Peron’s Complicated Legacy. Recuperado de <sitio web>, última consulta 27 de noviembre de 2021.
17. Flores, A. (2021) ¿Cómo ha contribuido la comunidad LGBT+ a la lucha cannábica? Recuperado de <sitio web>, última consulta 27 de noviembre de 2021.
18. Sarroco, V. (2020) The Intersection of LGBTQIA+ and cannabis culture. Recuperado de <sitio web>, última consulta 27 de noviembre de 2021.
19. Organización de las Naciones Unidas (2019) Cura para el VIH, cannabis, la noticia del martes. Recuperado de <sitio web>, última consulta 27 de noviembre de 2021.
20. Villar, M. El uso de cannabis reduciría la probabilidad de desarrollar deterioro cognitivo en personas con VIH. Recuperado de <sitio web>, última consulta 27 de noviembre de 2021.
21. s/a (2021) VIH y cannabis. Recuperado de <sitio web>, última consulta 27 de noviembre de 2021.
22. Rabon, E., Jamerson, M. y Marciano-Cabral, F. (2014) Cannabinoid inhibits HIV-1Tat-simulated adhesion of human monocyte-like cells to extracellular matrix proteins. Recuperado de <sitio web>, última consulta 27 de noviembre de 2021.
23. Ramirez, S. et. al (2015) Attenuation of HIV-1 replication in macrophages by cannabinoid receptor 2 agonists. Recuperado de <sitio web>, última consulta 27 de noviembre de 2021.
24. Red Somos (2020) Cannabis, sexo y VIH, ¿prejuicio o desinformación? Recuperado de <sitio web>, última consulta 27 de noviembre de 2021.
25. NIH (2001) Marijuana and Aids. Recuperado de <sitio web>, última consulta 27 de noviembre de 2021.